El sector manufacturero europeo necesita urgentemente un cambio.

Mientras que en 2014, la industria manufacturera representaba alrededor del 16% del PIB de la UE, más del 80% de las exportaciones totales de la UE, el 80% de los gastos privados de Investigación y Desarrollo y empleaba a 30 millones de personas; hoy vemos cómo la crisis financiera, unida al efecto negativo de la globalización , han golpeado fuertemente el sector. En su conjunto, estos factores han llevado a la pérdida de más de 3,8 millones de empleos.

Revitalizar el sector manufacturero es una tarea compleja que requiere de una transformación en los procesos productivos y en los modelos sobre los que se ha construido nuestra sociedad industrial.

Los avances en este sentido han tenido mayor reflejo en aquellas áreas de la empresa más propicias a las tecnologías abiertas, como son la fabricación digital y la artesanía, donde el sector manufacturero ha entrado en contacto con el emergente movimiento Maker, movimiento socio-tecnológico, innovador y en auge.

Esta inclusión impulsa la democratización de la producción, convirtiendo la manufactura en un proceso participativo, colaborativo y abierto en el que todos los agentes comparten riesgos y beneficios y, en última instancia, aumentan el valor de la producción.